WILD KOREAN TOUCHI’ve always had a thing for Asian guys. I m..

WILD KOREAN TOUCH

I’ve always had a thing for Asian guys. I mean, I’ve tasted my fair share of Asian dick, but @korean_twunk? Man, he’s on another level. Forget the stereotypes—he’s tall, smooth, with an athletic body, a perfect bubble ass that begs to be squeezed, and a cock that’s way bigger than what you'd expect. Like, seriously, it's huge.

He moved here to learn Spanish, and honestly, it’s adorable hearing him try to speak it. He’s got that sweet, shy thing going on… at least until we get naked. That’s when things take a turn, and let me tell you, the boy goes wild.

So I roll up to his shared flat, and of course, his flatmates are there. Great. I’m thinking, “Alright, time to be discreet,” but when that massive, rock-hard dick was slamming into my manpussy, there was just no way I could keep it together. I did my best to stifle the moans, but with him fucking me deep, fast, and relentless, it was damn near impossible to stay quiet.

Every time I thought I was gonna lose it, he’d lean in and kiss me, like he knew he had to keep me from screaming the house down. But that wild Korean touch? Fuck, it had me dripping cum the whole time, clenching so tight around him that I knew he was struggling not to bust.

And then, I flipped the script. I jumped on that cock, riding it like a goddamn cowboy. That’s when he lost it—shot his load deep inside me while his hand was on my dick, jerking me off like a pro until I exploded too. We both just sat there for a second, covered in sweat and cum, panting like we’d run a marathon.

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TOQUE SALVAJE COREANO

Siempre me ha molado lo asiático. O sea, me he tragado unas cuantas pollas asiáticas, pero @korean_twunk es otro rollo. Nada de estereotipos, el tío es alto, con un cuerpo atlético suave, ese culazo firme que pide ser agarrado, y una polla... madre mía, mucho más grande de lo que te imaginas. Es enorme, tío, te lo juro.

Vino aquí para aprender español, y, en serio, es un encanto escucharlo intentar hablar. Va de dulce y tímido… hasta que nos quitamos la ropa. Ahí todo cambia, y el chaval se pone salvaje.

Voy a su piso compartido y, cómo no, están los compis en casa. Genial. Pienso, “Bueno, toca disimular,” pero cuando esa polla dura como una roca me estaba reventando el culo, no había manera de contenerme. Hice lo que pude para no gritar, pero con esas embestidas tan profundas y rápidas, tío, era imposible estar callado.

Cada vez que pensaba que iba a perder el control, él me besaba, como sabiendo que tenía que taparme antes de que me pusiera a gemir a lo loco. Pero ese toque salvaje coreano, pff... me tenía chorreando todo el rato. Sabía que mi agujero estaba tan apretado que el tío se estaba aguantando para no correrse.

Y ahí fue cuando me subí encima. Monté esa polla como un vaquero desbocado. En ese momento lo perdió todo—me la metió hasta el fondo, llenándome de lefa mientras me pajeaba como un experto hasta que también exploté. Nos quedamos ahí un segundo, sudados, empapados en semen, respirando como si hubiéramos corrido una maratón.